13 de junio, 2021 - La Primera Promesa

Probado por familias, para familias (y otros también). Iglesia en Casa es un servicio interactivo de adoración semanal que se puede usar desde la seguridad de su hogar. Cada servicio se centrará en un tema y tendrá 3 canciones, lecturas y oraciones, un mensaje corto (4-5 minutos) para los niños y un mensaje más largo (10 minutos) para toda la familia.
— Explicación de iglesia en casa

Muchas gracias por probar nuestro servicio Iglesia en Casa.

Directamente abajo en español y aquí en inglés hay un servicio de adoración para usar en casa para leer como una familia, un individuo, o un grupo pequeño. Se incluyen enlaces a canciones y mensajes pastorales (inglésespañolbilingüe y para niños) que estarán disponibles cada sábado en Youtube. El jefe de familia puede liderar (L) y otros pueden responder (C) o todos pueden turnarse para leer las lecturas. Use los enlaces para las canciones y mensajes en el momento apropiado. No se sienta presionado para pasar por todo el asunto de una sola vez. Más bien, use cada elemento de este servicio para que sirva como una bendición para usted y su familia.

Si tiene una petición o si adora de esta manera este fin de semana, le pedimos que use o complete nuestra tarjeta de contacto en linea, o en el enlace a continuación en el servicio. ¡Comente para hacernos saber cómo fue y cualquier sugerencia que pueda tener!

Si le gustaría recibir este servicio de Iglesia en Casa cada semana por correo, puedes suscribir usando la forma más abajo, después del servicio.

Finalmente, puede ver a nuestro boletín de anuncios o más información de nuestra iglesia aquí.

¡Que Dios bendiga su servicio de Iglesia en Casa esta semana!

Pastor William Dunn

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La Primera Promesa

En las lecturas para esta mañana se encuentra un contraste: por un lado vemos al diablo y nuestra naturaleza pecaminosa en toda su maldad y por otro lado vemos a Cristo y su gracia. Nuestros pecados nos han separado de Dios, pero Cristo vino para darnos perdón y para reconciliarnos con Dios.

El Himno de Apertura - Habla Oh Dios

La Invocación

L. En el nombre del Padre y del ☩ Hijo y del Espíritu Santo.

C. Amén. 

La Confesión y Absolución

Comenzamos el servicio reconociendo cómo nos hemos pecado y están privados de la voluntad y el deseo de Dios para nuestras vidas, y recibimos las buenas nuevas de que somos perdonados en Jesucristo.

L. Acerquémonos a Dios con un corazón recto y confesemos nuestros pecados, pidiéndole en el nombre de Jesucristo para perdonarnos.

C. Dios de la vida, confieso que soy por naturaleza muerto en el pecado. Por preocupar sin fe y auto-orgullo, por los pecados de hábito y los pecados de voluntad, por lo malo que he hecho y lo bueno que he dejado de hacer, tú debes arrojarme de tu presencia por siempre. Oh Dios, lo siento por mis pecados. Perdóname, por los méritos de Jesucristo.

L. Cristo ha muerto. Cristo ha resucitado. Cristo vendrá de nuevo. Por su gran misericordia, Dios nos ha hecho vivos en Cristo aun cuando estábamos muertos en nuestros pecados. Oigan la palabra de Cristo tal como lo proclamó al paralítico: "Ten, ánimo, los pecados te son perdonados." Tomemos en serio este perdón y lo proclamémonos el uno al otro en el nombre del Padre, y del Hijo ☩ y del Espíritu Santo. Amén. 

La Oración del Día

L. Oh Dios, fuente y origen de toda bondad: concede a tus humildes siervos que mediante tu santa inspiración meditemos en lo justo, y guiados por ti, lo realicemos; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos.

C. Amén. 

La Primera Lectura - Génesis 3:8-15

Como resultado de su pecado, Adán y Eva se escondieron de Dios, mostrando la muerte espiritual que habían experimentado. En ese momento fueron separados de Dios y de su voluntad. Y, ¿cómo respondió Dios al primer pecado, a ese acto de rebelión? Con una promesa. En su amor, Dios iba a enviar a su hijo, el cual destruiría el poder del diablo, la muerte y el pecado para reconciliarnos con Dios.

8 Cuando el día comenzó a refrescar, oyeron el hombre y la mujer que Dios andaba recorriendo el jardín; entonces corrieron a esconderse entre los árboles, para que Dios no los viera. 9 Pero Dios el SEÑOR llamó al hombre y le dijo:

—¿Dónde estás?

10 El hombre contestó:

—Escuché que andabas por el jardín, y tuve miedo porque estoy desnudo. Por eso me escondí.

11 —¿Y quién te ha dicho que estás desnudo?—le preguntó Dios—. ¿Acaso has comido del fruto del árbol que yo te prohibí comer?

12 Él respondió:

—La mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto, y yo lo comí.

13 Entonces Dios el SEÑOR le preguntó a la mujer:

—¿Qué es lo que has hecho?

—La serpiente me engañó, y comí—contestó ella.

14 Dios el SEÑOR dijo entonces a la serpiente:

«Por causa de lo que has hecho,

¡maldita serás entre todos los animales,

tanto domésticos como salvajes!

Te arrastrarás sobre tu vientre,

y comerás polvo todos los días de tu vida.

15 Pondré enemistad entre tú y la mujer,

y entre tu simiente y la de ella;

su simiente te aplastará la cabeza,

pero tú le morderás el talón.»

Salmo del Día - Salmo 51

Al director musical. Salmo de David, cuando el profeta Natán fue a verlo por haber cometido David adulterio con Betsabé.

1 Ten compasión de mí, oh Dios,

conforme a tu gran amor;

conforme a tu inmensa bondad,

borra mis transgresiones.

2 Lávame de toda mi maldad

y límpiame de mi pecado.

3 Yo reconozco mis transgresiones;

siempre tengo presente mi pecado.

4 Contra ti he pecado, sólo contra ti,

y he hecho lo que es malo ante tus ojos;

por eso, tu sentencia es justa,

y tu juicio, irreprochable.

5 Yo sé que soy malo de nacimiento;

pecador me concibió mi madre.

6 Yo sé que tú amas la verdad en lo íntimo;

en lo secreto me has enseñado sabiduría.

7 Purifícame con hisopo, y quedaré limpio;

lávame, y quedaré más blanco que la nieve.

8 Anúnciame gozo y alegría;

infunde gozo en estos huesos que has quebrantado.

9 Aparta tu rostro de mis pecados

y borra toda mi maldad.

10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,

y renueva la firmeza de mi espíritu.

11 No me alejes de tu presencia

ni me quites tu santo Espíritu.

12 Devuélveme la alegría de tu salvación;

que un espíritu obediente me sostenga.

13 Así enseñaré a los transgresores tus caminos,

y los pecadores se volverán a ti.

14 Dios mío, Dios de mi salvación,

líbrame de derramar sangre,

y mi lengua alabará tu justicia.

15 Abre, Señor, mis labios,

y mi boca proclamará tu alabanza.

16 Tú no te deleitas en los sacrificios

ni te complacen los holocaustos;

de lo contrario, te los ofrecería.

17 El sacrificio que te agrada

es un espíritu quebrantado;

tú, oh Dios, no desprecias

al corazón quebrantado y arrepentido.

18 En tu buena voluntad, haz que prospere Sión;

levanta los muros de Jerusalén.

19 Entonces te agradarán los sacrificios de justicia,

los holocaustos del todo quemados,

y sobre tu altar se ofrecerán becerros.

La Segunda Lectura - 2 Corintios 4:13-18

La respuesta natural ante el amor de Dios es compartir ese amor con los demás, y lo hacemos sin temor porque tenemos la esperanza segura del cielo en Cristo Jesús. Un entrenador famoso una vez dijo: los obstáculos son lo que ves cuando dejas de ver la meta. Nosotros no nos preocupamos por los problemas de este mundo, porque tenemos la mirada en el cielo y en las promesas de Dios.

13 Escrito está: «Creí, y por eso hablé.» Con ese mismo espíritu de fe también nosotros creemos, y por eso hablamos. 14 Pues sabemos que aquel que resucitó al Señor Jesús nos resucitará también a nosotros con él y nos llevará junto con ustedes a su presencia. 15 Todo esto es por el bien de ustedes, para que la gracia que está alcanzando a más y más personas haga abundar la acción de gracias para la gloria de Dios.

16 Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día. 17 Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento. 18 Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno.

El Evangelio - Marcos 3:20-35

Jesucristo es el único Salvador del mundo. Muchos en su debilidad e incredulidad no entienden este hecho. En los días en que Cristo andaba en este mundo, su familia no entendió completamente porque había venido y los fariseos buscaban desacreditarlo ante la gente, pero Cristo aquí afirma claramente que vino para traer el perdón de los pecados y para hacernos sus hermanos.

20 Luego entró en una casa, y de nuevo se aglomeró tanta gente que ni siquiera podían comer él y sus discípulos. 21 Cuando se enteraron sus parientes, salieron a hacerse cargo de él, porque decían: «Está fuera de sí.»

22 Los maestros de la ley que habían llegado de Jerusalén decían: «¡Está poseído por Beelzebú! Expulsa a los demonios por medio del príncipe de los demonios.»

23 Entonces Jesús los llamó y les habló en parábolas: «¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? 24 Si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede mantenerse en pie. 25 Y si una familia está dividida contra sí misma, esa familia no puede mantenerse en pie. 26 Igualmente, si Satanás se levanta contra sí mismo y se divide, no puede mantenerse en pie, sino que ha llegado su fin. 27 Ahora bien, nadie puede entrar en la casa de alguien fuerte y arrebatarle sus bienes a menos que primero lo ate. Sólo entonces podrá robar su casa. 28 Les aseguro que todos los pecados y blasfemias se les perdonarán a todos por igual, 29 excepto a quien blasfeme contra el Espíritu Santo. Éste no tendrá perdón jamás; es culpable de un pecado eterno.»

30 Es que ellos habían dicho: «Tiene un espíritu maligno.»

31 En eso llegaron la madre y los hermanos de Jesús. Se quedaron afuera y enviaron a alguien a llamarlo, 32 pues había mucha gente sentada alrededor de él.

—Mira, tu madre y tus hermanos están afuera y te buscan—le dijeron.

33 —¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?—replicó Jesús.

34 Luego echó una mirada a los que estaban sentados alrededor de él y añadió:

—Aquí tienen a mi madre y a mis hermanos. 35 Cualquiera que hace la voluntad de Dios es mi hermano, mi hermana y mi madre.

El Mensaje para Niños

El Himno del Día - Solo en Jesús

Sermón Bilingüe -o- Sermón en Español

La Confesión de la Fe - El Credo Apostólico

Declaramos las verdades de la fe que han unido a la iglesia durante miles de años.

Creo en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra.

Y creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por obra del Espíritu Santo, nació de la virgen María, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, murió, y fue sepultado; descendió al infierno; al tercer día resucitó de entre los muertos, subió al cielo, y está sentado a la derecha, de Dios Padre Todopoderoso; y de allí vendrá de nuevo a juzgar a los vivos y a los muertos.

Creo en el Espíritu Santo, la santa iglesia cristiana, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección del cuerpo, y la vida eterna. Amén. 

La Ofrenda

En agradecimiento por el mensaje de gracia y perdón de Dios, si desea apoyar nuestro ministerio con un regalo financiero, puede hacerlo sin cargo a través de nuestra página de Facebook o con un cargo pequeño a través de PayPal. Le agradecemos por su donación.

Tarjeta de Contacto en linea

¡Por favor, utilice este enlace para conectarse con nosotros en línea! Háganos saber que adoraste con nosotros o danos una petición de oración.

Oración General

Use este tiempo para orar a Dios por cualquier cosa que esté en su corazón y mente. Recuerde quién es Dios y cómo se describe a sí mismo en la Biblia. Concéntrese en su perspectiva eterna. Considere no solo su propia vida, sino también la vida de los demás. Finalmente, ore con confianza sabiendo que Dios lo escucha y ore en el nombre de su salvador, Jesucristo.

El Padrenuestro

Canta usando el enlace o reza la oración abajo que Jesús enseñó a sus discípulos.

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; venga a nos tu reino; hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy; y perdónanos nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, el poder, y la gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

La Bendición

Así como Dios le dijo a Aarón que bendijera a su pueblo de esta manera, le pedimos a Dios que nos bendiga a mientras seguimos con nuestras vidas.

L. El Señor nos bendiga y nos guarde;
    El Señor haga resplandecer su rostro sobre nosotros y tenga misericordia de nosotros;
    El Señor vuelva su rostro hacia nosotros, y ☩ nos conceda la paz.

C. Amén. 

El Himno de Clausura - Señor mi Dios